
Una terapia diferente para personas con capacidades diferentes
La danzaterapia pertenece al grupo de terapias alternativas como risaterapia, musicaterapia, arteterapia y psicodrama.
De acuerdo a la Asociación Americana de Danzaterapia, se define como el empleo psicoterapéutico del movimiento y la danza en un proceso que posibilita la integración física, emocional, cognitiva y social del individuo.
Uno de los beneficios de la danzaterapia es que mejora las habilidades motoras gruesas, ya que las personas suelen estar más conscientes de su cuerpo, mejorando la postura, el equilibrio, la coordinación y respiración. Se ha comprobado que los niños que hacen danzaterapia mejoran su habilidad para leer y su capacidad de concentración.
Un segundo beneficio es que se mejora la flexibilidad y la condición física. Además tiene un efecto calmante, ya que la liberación de endorfinas produce una sensación de bienestar. La danzaterapia mejora la comunicación y la armonía entre la mente y el cuerpo.
Se ha demostrado que mejora la confianza en uno mismo y la autoestima, ya que se adquiere confianza a través del desarrollo de nuevas habilidades. Además, el movimiento es una salida creativa para que las personas expresen lo que piensan o sienten de manera segura, por lo que esta última opción es de gran ayuda para personas con problemas de comunicación.
Este tipo de terapia se puede realizar de forma grupal y al hacerlo de esta manera se fomenta la interacción, se mejora las habilidades sociales, se desarrolla la creatividad y el aprendizaje de límites y acuerdos.
En la danzaterapia, siempre hay un antes y un después, ya que el lenguaje corporal adquiere un nuevo significado y expresión. Un “no puedo” se transforma en un “sí puedo hacerlo”, lo cual genera bienestar y alegría.
En resumen, es una manera de expresar sentimientos, emociones, sensaciones, miedos o angustias sin la necesidad de decirlo verbalmente. Tiene múltiples beneficios físicos y psíquicos a nivel individual y grupal. Sin duda es una experiencia que todos deberíamos vivir.
Próximamente el taller se impartirá en México.
Por: Paulina Vargas Suayde
Maestra en Psicología Clínica